miércoles, 18 de noviembre de 2009

Por un nuevo modelo sindical donde la base decida TODO

La alternativa que proponemos desde el MST:

Democracia para organizarse y luchar

1. Por la más absoluta independencia de los sindicatos del estado. Por eso planteamos la derogación de la Ley de Asociaciones Sindicales que está vigente desde la dictadura. Y de cualquier otra norma que pretenda reglamentar la vida sindical. Que los trabajadores se organicen como lo decidan. Y se debe terminar con el cobro compulsivo de las cuotas sindicales por el patrón o el estado.

2. Estamos por la más irrestricta democracia sindical.
Que la base decida todo por asamblea: medidas de lucha, pliego de reivindicaciones, delegados paritarios.
Que los trabajadores tengan la forma más libre y democrática de expresarse. Para ello, las asambleas deben ser representativas. Y si las circunstancias no lo permitieran, hay que apelar a la consulta de la mayoría de los trabajadores, mediante reuniones por sector o votación en urnas. Es lo que garantiza fuerza y unidad.
En situaciones de conflicto las asambleas deben ser diarias, para informar, distribuir tareas y tomar resoluciones democráticamente, junto a otras formas de organización que expresen la combatividad de la base: comités de lucha o huelga para organizar a los activistas más consecuentes y ejecutar lo resuelto.
Los cuerpos de delegados, internas y más aún las comisiones directivas, tienen que responder a las asambleas soberanas y sus mandatos. Garantizando la mayor unidad en la acción y al mismo tiempo la mayor discusión democrática entre los trabajadores.

3. Estamos contra toda concepción monolítica. Unidad en la acción y la mayor democracia hacia adentro Integración de todas las corrientes con peso real en la base en todos los organismos obreros. Basta de listas sábanas y completas, donde el que gana, así sea por un voto, se lleva todos los cargos. Eso divide a los trabajadores y al activismo y los debilita frente a las patronales.
La unidad no se logra por decreto, ni silenciando diferencias o subordinando la base a los cuerpos de delegados o internas. Por ello es clave determinar cómo deben elegirse, integrarse y funcionar estos organismos.
Estamos por cuerpos de delegados representativos de todos los trabajadores. Elegidos por sección donde voten todos, sean o no afiliados, contratados o efectivos. Los estatutos que imponen lista sábana no deben ser un impedimento; mientras se lucha por un estatuto democrático, las listas deben conformarse eligiendo los candidatos a delegados por sección.
Las internas deben ser elegidas en asambleas y no sólo por los delegados.
Proporcionalidad de todas las corrientes de opinión en los organismos sindicales de todos los niveles. Ni bien se gana un organismo, hay que llamar a todas las corrientes según la proporcionalidad que obtuvieron en la elección por la base, a integrarse. Asimismo debe haber plena libertad para la actividad política. Todas estas medidas garantizan la unidad de los trabajadores.
Ante distintas posiciones en una CD o cuerpo de delegados deben ser llevadas a la base todas las posturas, no sólo las de mayoría. Que sea la base la que acepte o rechace tal o cual medida, la que ordene las prioridades, ubicaciones de los delegados, la que revoque a los dirigentes, etc. Los cuerpos de delegados deben funcionar con mandato de base.

4. Estamos por una práctica que apunte a evitar la burocratización. Terminar con toda norma que facilite el surgimiento de dirigentes privilegiados. Los dirigentes con licencia deben ganar lo mismo que en su puesto de trabajo y volver luego de un tiempo a su puesto de trabajo. Con revocatoria de mandato cuando no cumplan o surja un compañero más representativo.
La garantía final para que no surja una nueva burocracia, es que prime la mayor democracia sindical, el control por la base. Logrando que cada vez mayores contingentes de trabajadores sean los garantes de estos principios y dando una batalla para que los luchadores sean sus más acérrimos defensores.

5. Estamos por impulsar la coordinación genuina de internas y delegados combativos. De una misma rama laboral, gremio o zona según las circunstancias, para reforzar la ayuda mutua. Esto cobra especial necesidad entre los sectores que luchan. Y apelando a otros sectores para reforzar la solidaridad. Son tareas de primer orden, muchas veces desdeñadas por quienes se conforman con “defender” lo conquistado y, por esa vía, debilitan el terreno ganado a la burocracia.